La búsqueda de vida microscópica en Marte ha capturado la atención científica durante décadas. Los rovers Curiosity y Perseverance están a la vanguardia de esta exploración, revelando pistas que sugieren que Marte pudo haber albergado vida en algún momento de su historia. Estos descubrimientos, centrados en la detección de compuestos orgánicos y estructuras sedimentarias, sugieren que el planeta rojo pudo haber tenido condiciones favorables para la vida en el pasado.
Desde la misión Viking en los años 70, la NASA ha intensificado sus esfuerzos para comprender mejor el entorno marciano. El rover Curiosity, que explora el cráter Gale desde 2012, ha encontrado evidencia de antiguos lagos y ríos, así como minerales formados en presencia de agua, sugiriendo una química orgánica rica en Marte, un elemento esencial en la búsqueda de indicios de vida pasada.
En 2021, el rover Perseverance aterrizó en el cráter Jezero, un antiguo delta fluvial que alguna vez albergó un lago. Equipado con instrumentos avanzados como SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman & Luminescence for Organics & Chemicals), Perseverance analiza la composición química y mineralógica de las muestras marcianas para detectar posibles biofirmas. Este instrumento puede identificar moléculas orgánicas y minerales que podrían haber sido producidos por procesos biológicos. Los compuestos orgánicos encontrados, en una roca a la que denominaron “Cheyava Falls”, como ciertos tipos de carbono, son fundamentales porque en la Tierra están asociados con la vida. Sin embargo, su presencia en Marte no implica automáticamente que haya existido vida, ya que también pueden formarse a través de procesos no biológicos. Por eso, los científicos buscan patrones químicos específicos y minerales que puedan estar relacionados con procesos biológicos, como la formación de estromatolitos, estructuras sedimentarias creadas por microorganismos.
La teoría de que Marte pudo haber tenido condiciones similares a las de la Tierra en sus primeros mil millones de años, cuando tenía agua líquida en su superficie, impulsa a los científicos a seguir explorando. El futuro de esta investigación parece prometedor, con planes para misiones de retorno de muestras. La colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene como objetivo enviar naves espaciales a Marte para recolectar muestras selladas de la superficie y traerlas a la Tierra para un análisis detallado. Este esfuerzo internacional podría finalmente responder a la pregunta de si Marte albergó vida en algún momento de su historia.
Aunque todavía no se ha encontrado evidencia definitiva de vida pasada en Marte, los estudios actuales y futuros están arrojando luz sobre la historia geológica y la potencial habitabilidad del planeta. Los descubrimientos recientes y las misiones en curso mantienen viva la esperanza de un hallazgo monumental que podría cambiar nuestra comprensión del universo y de la vida misma.
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