Un grupo de científicos ha propuesto una solución radical para preservar la biodiversidad de nuestro planeta. Este ambicioso proyecto, conocido como el “Arca de Noé Lunar”, busca crear un biorepositorio en la superficie lunar. El plan, detallado en la revista BioScience, sugiere que se deben almacenar muestras de animales en peligro de extinción en cráteres lunares permanentemente sombreados, donde las temperaturas pueden descender hasta -157 grados Celsius, puesto que, las condiciones dadas en ese entorno permitirían la conservación criogénica de piel y tejidos animales, que podrían ser utilizados en el futuro para la clonación y la repoblación de especies. Además, el proyecto no se limitaría solo a animales; eventualmente, también se incluirían plantas, creando un banco genético integral que podría ser crucial para la creación de ecosistemas sostenibles en el espacio o en la Tierra como el Banco Mundial de Semillas de Svalbard.
Las muestras se almacenarían en estructuras subterráneas o hechas por el hombre para protegerlas de la radiación espacial dañina. Este método ya ha sido probado por investigadores del Smithsonian, quienes han conservado células vivas del pez gobio estrellado, una especie que ayuda a mantener los arrecifes de coral.
Para la prueba, se conservaron fibroblastos, células de la piel que son más fáciles de recolectar y almacenar que otros tipos de células comúnmente criopreservadas, como espermatozoides, óvulos y embriones. Este enfoque innovador podría ser fundamental para garantizar la longevidad de las muestras y, en última instancia, la preservación de la biodiversidad en caso de desastres globales.
Sin embargo, la implementación de este proyecto enfrenta numerosos desafíos. Entre ellos, la protección de las muestras contra la radiación, el transporte seguro a las regiones más hostiles de la Luna y los efectos desconocidos de la exposición prolongada a la microgravedad. Además, el costo de construir y mantener una instalación de este tipo en la Luna es significativamente mayor que en la Tierra. A pesar de estos obstáculos, los científicos insisten en que es necesario tomar medidas urgentes y drásticas para proteger a las especies en peligro de extinción.
El equipo detrás de esta propuesta incluye a expertos del Instituto de Biología de la Conservación del Smithsonian y del Zoológico Nacional, quienes han trabajado previamente en la criopreservación de especies amenazadas, como los corales. Según Mary Hagedorn, una de las investigadoras principales, la Luna es el lugar ideal para este tipo de almacenamiento debido a su lejanía de los desastres provocados por el hombre y sus temperaturas naturalmente bajas.
El “Arca de Noé Lunar” representa una propuesta audaz y visionaria para salvaguardar la biodiversidad de nuestro planeta. Aunque aún queda un largo camino por recorrer antes de que este proyecto se haga realidad, la idea de utilizar la Luna como un refugio para el ADN de especies en peligro podría ser una solución crucial para enfrentar las amenazas que ponen en riesgo la vida en la Tierra.
Fuentes: nysun.com Gizmodo.com UsaToday.com
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