La microgravedad y la radiación espacial: factores clave en la mutación de microbios.

La microgravedad y la radiación espacial: factores clave en la mutación de microbios.

Los supermicrobios mutantes representan una amenaza creciente para la vida humana en el espacio, según investigaciones realizadas en la Estación Espacial Internacional (ISS). Estos microorganismos, que incluyen bacterias y hongos, se han adaptado y vuelto más peligrosos debido a las condiciones extremas del espacio, como la microgravedad y la radiación. Desde hace años, científicos de la NASA, Roscosmos y JAXA han estado estudiando estos cambios, descubriendo que algunos microbios no solo sobreviven, sino que prosperan y se fortalecen en el espacio.

Un ejemplo significativo de estos hallazgos es el experimento realizado en 2006 por la Universidad Estatal de Arizona, que envió cultivos de Salmonella typhimurium a bordo del transbordador Atlantis. Los resultados mostraron que la microgravedad alteraba una proteína clave, Hfq, lo que intensificaba la virulencia de la bacteria al activar otras proteínas. Como resultado, la salmonela se volvió más infecciosa, representando un riesgo potencial de infecciones graves.

Además de la microgravedad, la radiación espacial y las condiciones extremas de estrés también afectan la estabilidad genética de los microorganismos, provocando mutaciones que incrementan su resistencia a antibióticos y su capacidad de generar biofilms, estructuras que los protegen de agentes externos y dificultan el tratamiento. Estos biofilms representan un desafío adicional para la salud de los astronautas, ya que dificultan la erradicación de las infecciones.

Desde 2015, el proyecto Microbial Tracking de la NASA ha estado catalogando el microbioma de la ISS, descubriendo una veintena de bacterias causantes de enfermedades. Entre estas bacterias se encuentran cepas de Enterobacter bugandensis, resistentes a antibióticos y conocidas por causar infecciones severas en neonatos. Otros estudios han identificado bacterias como Staphylococcus y hongos como Malassezia, que predominan en la piel humana y pueden mutar en el espacio, aumentando el riesgo de infecciones.

Ante estos hallazgos, las agencias espaciales están desarrollando diversas contramedidas para monitorear y reducir el crecimiento de microorganismos en la ISS. Por ejemplo, la empresa Boeing está probando un revestimiento antimicrobiano en la estación para minimizar la proliferación de microbios en superficies y evitar posibles contagios. Además, se están realizando investigaciones para prever y mitigar los efectos de estos supermicrobios, con el objetivo de proteger la salud de los astronautas y asegurar la viabilidad de futuras misiones espaciales.

 

Los supermicrobios mutantes representan una amenaza significativa para la vida humana en el espacio, debido a su capacidad de adaptarse y volverse más peligrosos en condiciones extremas. Las investigaciones en curso y las contramedidas desarrolladas por las agencias espaciales son cruciales para enfrentar este desafío y garantizar la seguridad de los astronautas en futuras misiones