Ryanair recorta rutas en España tras el aumento de tasas aeroportuarias

Ryanair ha confirmado una reducción significativa de su presencia en España a partir del invierno 2025-2026, con el cierre de bases, la cancelación de rutas y la retirada de cerca de un millón de plazas en aeropuertos regionales. La aerolínea irlandesa justifica su decisión en el incremento de las tasas aeroportuarias que gestiona Aena, asegurando que el coste adicional hace inviables muchas de sus operaciones de bajo coste en determinadas infraestructuras del país. Los recortes afectarán especialmente a aeropuertos como Santiago de Compostela, donde se cerrará la base y se retirarán aviones, y a Vigo, que perderá todas sus conexiones con Ryanair desde enero de 2026. También se verán afectados aeropuertos como Tenerife Norte, Valladolid, Jerez, Asturias, Santander, Zaragoza o Vitoria, que dependen en gran parte de los vuelos de bajo coste.

El origen de la disputa se encuentra en la normativa aprobada en 2014 por el Gobierno, que fijó el marco regulador de las tasas aeroportuarias a través del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA). Este documento establecía una congelación de tarifas hasta 2026, con la previsión de una subida de 68 céntimos por pasajero a partir de ese año. Ryanair sostiene que Aena ha intentado elevar estas tasas de manera sistemática durante este periodo, y que el incremento regulado compromete la competitividad de los aeropuertos regionales frente a otros destinos europeos. Desde Aena, sin embargo, se recuerda que los cambios están fijados por ley desde hace más de una década y que no responden a decisiones arbitrarias, sino a la necesidad de mantener la calidad de la red aeroportuaria española.

La reacción del Gobierno y de Aena ha sido firme. El presidente de Aena, Maurici Lucena, ha calificado la estrategia de la aerolínea como una maniobra de presión, subrayando que las normas se aplican por igual a todas las compañías. El Ejecutivo sostiene, además, que los incrementos no son desproporcionados y que España sigue ofreciendo un entorno competitivo para el sector del transporte aéreo, siendo uno de los países europeos con mayor número de pasajeros de bajo coste.

En paralelo, no ha pasado desapercibido que este movimiento de Ryanair se produce en un contexto de fricciones con las autoridades españolas, después de que la aerolínea haya recibido sanciones por prácticas polémicas como el cobro adicional por equipaje de mano o la asignación de asientos para menores junto a sus padres. Aunque oficialmente Ryanair centra sus argumentos en las tasas aeroportuarias, la coincidencia temporal entre los recortes y las disputas regulatorias ha generado interpretaciones que ven en estas decisiones no solo un ajuste económico, sino también un mensaje de presión hacia el Gobierno.

El vacío que deja Ryanair será aprovechado por otras aerolíneas. Vueling ha anunciado un refuerzo de su presencia en Santiago y Tenerife Norte, mientras que Iberia Express y Wizz Air también trabajan para cubrir parte de las rutas abandonadas por la compañía irlandesa. Aun así, las comunidades autónomas más afectadas muestran su preocupación por el impacto en el turismo y en la movilidad, ya que la retirada de Ryanair limita la oferta de vuelos directos y puede encarecer el precio medio de los billetes en determinados trayectos.

En conclusión, Ryanair reducirá drásticamente su actividad en varios aeropuertos españoles alegando el encarecimiento de las tasas aeroportuarias, mientras que Aena y el Gobierno insisten en que estas tarifas son reguladas y necesarias para sostener la red de infraestructuras. El anuncio se produce además en un contexto de tensiones con las autoridades españolas, lo que añade un trasfondo político y regulatorio a una decisión que tendrá efectos directos sobre la conectividad de muchas regiones y que deja la puerta abierta a que otros operadores llenen el espacio que deja la aerolínea irlandesa.