La ingeniera de minas y recursos naturales María Jesús Puerta Angulo se ha convertido en la única vencedora internacional de la Fase 1 del LunaRecycle Challenge de la NASA, un programa de los Centennial Challenges orientado a desarrollar sistemas de reciclaje para futuras bases lunares. Nacida en Tarragona, es licenciada en Ingeniería de Minas y en Recursos Naturales y Energéticos, con másteres en Prevención de Riesgos Laborales e Ingeniería y Gestión Ambiental, además de formación en inteligencia artificial aplicada a la ingeniería. Tras más de veinte años trabajando en consultoría y proyectos mineros, complementó su carrera con un emprendimiento propio en ingeniería ambiental.
La chispa de “Esperanza” surgió cuando, gracias a un artículo que compartió su esposo, descubrió la convocatoria del LunaRecycle Challenge en la categoría Digital Twin. A pesar de estar bajo tratamiento por un cáncer de mama, Puerta Angulo aceptó el desafío y, desde su casa en Barcelona, aplicó sus conocimientos en simulación y sostenibilidad. El resultado es un gemelo digital de alta fidelidad que reproduce cada fase del reciclaje lunar: desde la recogida de restos de plástico y metal en un hábitat hasta la separación magnética de óxidos metálicos, la pirólisis de polímeros y la mezcla con regolito —el polvo lunar— para generar metales purificados, plásticos para impresión 3D, combustibles básicos e incluso un material similar al hormigón.
El modelo, alimentado con datos de las misiones Apolo y de estudios recientes sobre la composición y textura del regolito, calcula flujos de masa y energía en tiempo real, permitiendo probar distintas temperaturas, intensidades de campo magnético y proporciones de mezcla sin necesidad de prototipos físicos. Esta flexibilidad agiliza la identificación de cuellos de botella operativos y optimiza el consumo de energía y la cantidad de residuos finales.
Aunque la NASA, a través del Marshall Space Flight Center, destina un millón de dólares a los seis proyectos de Digital Twin —financiación que solo cubre a los equipos con sede en Estados Unidos—, Puerta Angulo ya ha iniciado negociaciones con empresas y universidades para disponer de laboratorios de vacío y plataformas de microgravedad. Su objetivo es traducir el gemelo virtual en un prototipo real capaz de funcionar en la Luna. En el contexto de la economía circular espacial, “Esperanza” promete reducir drásticamente la necesidad de enviar cargamentos desde la Tierra, abaratar costes y minimizar la huella de carbono de las misiones, mientras sienta las bases para aplicar el mismo enfoque de reciclaje in situ en futuros viajes a Marte u otros destinos donde la utilización de recursos locales es esencial para la viabilidad de la exploración humana.