Entre la noche de hoy y la madrugada del 6 de mayo con mayor visibilidad entre las 3 y las 5 de la mañana en las Islas Canarias, el firmamento registrará el máximo apogeo de las Eta Acuáridas, una de las lluvias de meteoros más relevantes del calendario astronómico. Este fenómeno, producido por los restos del cometa 1P/Halley, destaca por su extraordinaria velocidad: las partículas, algunas del tamaño de granos de arena, impactarán contra la atmósfera terrestre a 66 kilómetros por segundo. El cometa Halley, cuyo último perihelio se registró en 1986 y cuyo próximo paso está previsto para 2061, es responsable de dos lluvias de estrellas anuales: las Oriónidas de octubre y estas Eta Acuáridas de mayo.
Se estima que la tasa de actividad oscilará entre 30 y 60 meteoros por hora en condiciones ideales, aunque en el hemisferio sur -donde la constelación de Acuario alcanza mayor altura- podría superar los 85 meteoros/hora. Desde el punto de vista observacional, Canarias presenta las condiciones más favorables en territorio español debido a su localización geográfica y a la calidad de sus cielos. Sin embargo, el fenómeno será visible en toda la península, con mayor visibilidad en el sur y en el este como Andalucía y Murcia.
Históricamente, las referencias a este fenómeno se remontan al siglo XIX, cuando el astrónomo Hubert Anson Newton estableció su periodicidad anual. No obstante, el cometa progenitor ya era conocido desde la antigüedad, con registros en crónicas chinas del 240 a.C. y posible representación en el tapiz de Bayeux que documenta el cometa de 1066.
A nivel científico, el estudio de estas partículas proporciona información valiosa sobre la composición de los cometas y los procesos de formación del sistema solar. Los meteoros de las Eta Acuáridas, al penetrar en la atmósfera a hipervelocidad, generan estelas ionizadas que pueden persistir hasta 30 segundos. La coincidencia con luna menguante (28% de iluminación) podría dificultar levemente la observación de los meteoros más tenues, aunque los más brillantes -incluyendo posibles bólidos- seguirán siendo claramente visibles. Para los astrónomos, este evento representa una oportunidad única para estudiar el material residual de uno de los cometas más famosos de la historia; para el público general, un espectáculo celeste que conecta a la humanidad con su herencia astronómica.
Descubre más sobre este fenómeno en: astronomia.ign.es